2015/10/31

Percibo aire



Pánico.

Fue la primera sensación (♪♫ chispas ♪♫) que el cazador experimentó en esta sima. La Sima. Hace años, cuando el Profesor solicitó arañas grandes de cueva. Arañas. Grandes. De cueva.

El cazador siempre había tenido pánico a las arañas.

Pero.

El cazador era disciplinado: si el Profesor quería arácnidos... arácnidos tendría. Desde entonces, el bisoño persecutor de bichos –que al principio no distinguía entre troglófilos, troglobios y trogonstonios- fue bregándose en la recogida. Hasta desarrollar una capacidad de discernir entre “los que valían” y los que había que dejar vivir. Lithobius, Quaestus, Ischyropsalis. Astaroth, Azazel, Asmodeo. Mane, Tekel, Fares.

Al principio venció la repugnancia a base de gruesos guantes de goma y pinzas. Poco a poco, fue siendo capaz de tomar los artrópodos con la sola mano enguantada. Aquel día, cuando sus compañeros Docson, Antoine y Josué llegaron al transepto de la gran sala de Lezandipe, contemplaron horripilados cómo el cazador acariciaba a pelo, al borde de la oscuridad, a criaturas que prefirieron no iluminar directamente con sus leds “Zeppelin”. En un momento dado, Antoine pronunció las palabras mágicas.

“Percibo aire”.

El cazador quedó acompañando a sus monstruos del abismo. El resto, respondiendo a una atávica llamada, siguió profundizando en la sima persiguiendo el aire. Lezandipia. Lezandipetik. Lezandipera. Rediós, qué difícil de declinar era ese nombre.

Cuando volvieron tras largas horas, se sobresaltaron al encontraron al cazador inmóvil, con la mirada fija en ellos. Repararon en algo extraño. Desprovisto de su casco, un flequillo de pelo negro y sedoso podía verse en su frente. Era extraño. No recordaban que se hubiera confeccionado un peluquín. Mientras se interrogaban unos a otros, observaron que una gruesa hebra se separaba del resto. El sudor perló sus frentes al ver que otras siete le siguieron, comenzando a desplazar un cuerpo articulado; el mórbido abdomen dejó ver dos orificios bermejos, de los cuales se escurrió un hilo de sangre que cruzó, lenta y verticalmente, la vidriosa mirada y el último rictus del cazador.

Bio: Lithobius, Pseudosinella, Elona, Oxychillus, Cryptazeca, Quaestus, Linyphiidae, Ischyropsalis.


***

5 comentarios:

Krasketin dijo...

Propongo cerrar lezandipe como medida de proteccion de las arañas.

Anónimo dijo...

Redios! Qué nivel. Ojalá siga así. Bienvenido sea el "Efecto Martín". Percibo que así lo será.

Martin dijo...

Hostia, qué bueno!

Unknown dijo...

bai bai..

Unknown dijo...

oso ona!