Bizkarreko lezia. Holan doa

Bizkarra está a punto de mostrarnos hasta donde nos va a dejar llegar. En la punta de exploración, el bloque que impidió la progresión -en esta ocasión, ya con la herramienta adecuada- se supera sin mayores contratiempos. Al otro lado la galería se ancha hasta los dos metros, desarrollándose en pleno contacto entre la arenisca y la caliza. 50 metros más adelante, en medio de una sala, un angosto paso entre bloques supera la barrera de arenisca y conduce a una galería que se va estrechando hasta el límite. 8 metros de grieta desfondada de 25 cm de ancha acaba abriéndose en un pozo de 40 metros por el que asciende la corriente de aire. La continuación deberá esperar. Está claro que la sima se resiste a abrirse, pero lo que estamos padeciendo no sabemos si es buena o mala suerte. Por un lado, la fuerte corriente de aire que circula por la sima hace pensar que podemos estar ante algo realmente importante, pero después de las entradas que llevamos, por ahora cada metro de más lo hemos tenido que arañar. Por otra parte, está claro que hasta ahora no nos hemos topado con ningún obstáculo insalvable y esto, desde luego, no es poco. Ojalá podamos seguir en esta tónica hasta el infinito.